Dentro de la estructura y organización del sistema educativo, en España nos encontramos con un sistema que, por un lado, tiene un carácter centralizado, ya que es el propio Ministerio de Educación quien se encarga de elaborar un programa común para todo el país, pero por otro lado permite a las Comunidades Autónomas tomar decisiones sobre ciertos aspectos del contenido curricular (de ahí, que haya diferencias dentro de la misma materia de una provincia a otra). En el caso de Canadá, el sistema educativo es completamente descentralizado y por tanto, son las provincias las que establecen sus propios planes de estudio con el objetivo de adaptarse a la cultura y las necesidades del entorno que les rodea.
En cuanto al tipo de educación, tanto Canadá como España presentan modelos públicos y privados de enseñanza. A pesar de la excelente oferta académica que presenta la educación privada en Canadá, el 95% de los estudiantes acuden a centros educativos públicos que están subvencionados por las provincias y el gobierno. En España, la educación publica también prima sobre la privada, aunque no a los niveles que muestra Canadá. De hecho, España se encuentra entre uno de los países con más educación privada (25,7%) y concertada (6,9%) de la Unión Europea.
Otro aspecto del que tenemos que hablar es de la importancia del bilingüismo en el sistema Canadiense. Todos sabemos que Canadá es un país en el que conviven dos lenguas, el inglés y el francés, y que dependiendo de la zona en la que nos encontramos, predomina más uno u otro. Pues bien, el sistema canadiense siempre va a poner todos los medios posibles para facilitar que el alumno se matricule en una escuela en donde las clases se impartan en el idioma en el que tenga más destreza (o lengua dominante, como dirían los lingüistas). En España, a pesar de que tenemos varios idiomas (catalán, vasco, gallego), solo uno es considerado lengua oficial: el español. En este caso, podemos ver que al contrario que en Canadá, el modelo español no garantiza la escolarización en cualquiera de las lenguas no oficiales fuera de las regiones en las que se habla. En otras palabras, si un niño de Barcelona viene a Valladolid a estudiar, no tiene ninguna posibilidad de matricularse en un colegio en donde las asignaturas se impartan en catalán.
Algo digno de admirar del modelo canadiense es que apenas existe el fracaso escolar. Esto se debe en gran parte a que, ya desde muy temprano, los alumnos tienen la oportunidad de elegir asignaturas de carácter optativo dentro del currículo escolar. De esta manera, el alumno escoge las asignaturas que más le interesan y estudia lo que de verdad le motiva. Por otro lado, en Canadá también se han implantado medidas de apoyo personalizado para aquellos estudiantes con problemas relacionados con el ámbito académico, así como programas de acogida para la población inmigrante que, debido al cambio de país, tienen dificultades para adaptarse.
Por último, resaltar que Canadá es uno de los países con mayor porcentaje de graduados universitarios del mundo. La razón por la cual cuenta con un índice tan alto es simple: los estudios superiores, al contrario que en España, no suponen una gran inversión de dinero. Además, las universidades canadienses ofrecen múltiples oportunidades para que, una vez terminada la carrera, los graduados participen en el desarrollo de proyectos de investigación financiados por entidades públicas y privadas.
En definitiva, creo que a través de esta comparativa ha quedado bastante claro que Canadá es un país muy preocupado por la educación de sus ciudadanos y eso se ve reflejado en sus resultados. De hecho, de acuerdo con el informe PISA2018, Canadá se mantiene en el 8º puesto por encima Finlandia, Polonia y Reino Unido. Por lo tanto, deberíamos plantearnos la siguiente cuestión: ¿podría ser beneficioso adoptar medidas de países como Canadá para mejorar nuestro sistema educativo?
¡Os leo en los comentarios! 😊
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